Aurélien Tchouaméni es uno de los nombres propios de estas últimas semanas. El francés está siendo una pieza clave en el Mónaco y recientemente se ha proclamado campeón de la Liga de las Naciones siendo titular junto a Paul Pogba en el medio del campo. En ese partido deslumbró a aquellos que no están tan acostumbrados a verlo en el día a día e incluso ya hay rumores de que equipos de la talla del Real Madrid están muy atentos a su evolución.
Tuve la suerte de poder entrenarle en el Girondins de Burdeos y ser quien le hiciera debutar profesionalmente en 2018, con solo 18 años, contra el Futbola Klubs Ventspils letón, en un partido de la segunda ronda de clasificación de la Europa League. En la siguiente ronda, contra el Mariupol ucraniano, marcó su primer gol.
Pocos días después, explotó una polémica que he explicado anteriormente y salí del club. Tras mi marcha, el entrenador que me sustituyó no depositó tanta confianza en Tchouaméni y no jugó mucho ese año.
Las cualidades que hacen especial a Tchouaméni
Durante el tiempo que lo entrené pude apreciar muchos de los puntos fuertes de los que todo el mundo habla hoy en día. Tiene una capacidad increíble para recuperar balones a través de la forma de su acercamiento cuando presiona, tiene presencia, es fuerte, seguro con balón y si llega cerca del arco contrario tiene gol, aunque le guste jugar más por delante de la defensa.
Además cabe destacar su entusiasmo en mejorar, en escuchar y en preguntar, algo muy importante para un entrenador. Siempre lo vi con ganas e intensidad. Tuvimos un par de charlas individuales, con vídeo incluido, en el cual acordamos las cosas a trabajar, con lo que quedó encantado, al igual que yo.
Hoy lo veo más maduro, más estable, sabiendo mucho más cuál es su rol dentro del equipo, ya sea en Mónaco con ciertas responsabilidades o en el equipo nacional jugando con otros jugadores de más trascendencia.