Al comenzar mi etapa como seleccionador de Grecia, nuestro primer objetivo era ganar nuestro grupo de Liga de Naciones. Lamentablemente, desde el año 2014 Grecia no había podido clasificar para Mundiales o Euros y esto había propiciado una pérdida de contacto entre el equipo y su afición. Como todo el mundo sabe, en futbol, la mejor manera de volver a conectar es con victorias. Y eso era lo que necesitábamos.
Empezamos fuera de casa, en Irlanda del Norte. Tras un partido muy serio y profesional, logramos la victoria por 0-1. Aunque puesto sobre papel parezca poco, este triunfo fue, para todos en el grupo de la selección nacional, un muy buen impulso para lo que vendría luego.
El segundo partido, fuera de casa nuevamente, esta vez en Kosovo. Es probable que la gente común y corriente desconozca la rivalidad que, por temas políticos, existe entre estos dos países. Fue un partido muy tenso e igualado. De nuevo logramos la victoria por 0-1. Ya se notaba un ambiente ganador tanto en el equipo como en lo que nos comentaban desde Grecia.
Y llegó el momento de jugar en casa, ante nuestra afición. Y qué mejor final para el encuentro que la victoria 3-0 contra Chipre, en un partido que recordaré como un reencuentro entre “la gente” (la afición) y el equipo nacional.
El siguiente partido, de nuevo de local, lo jugamos contra Kosovo. Un partido importante ya que, si lo ganábamos, lográbamos nuestro objetivo (ganar el grupo) anticipadamente, con dos partidos todavía por jugar. Fue un partido emocionante, disputado. Con mucha tensión, tanto en el campo como en las tribunas, y con un final más que feliz. Ganamos 2-0 y la celebración al acabar el encuentro es probablemente lo que quedará para siempre en el recuerdo.
A partir de este momento: entusiasmo, conexión con la gente, ilusión.
Los dos partidos restantes no eran decisivos. Terminamos, después de esperar dos meses, perdiendo en Chipre 1-0 y ganando el ultimo partido contra Irlanda del Norte 3-1 (del que se comenta un segundo tiempo que hace tiempo no se veía en el equipo nacional).
Por suerte, el primer reto de mi etapa como seleccionador de Grecia se ha cumplido y hemos ganado nuestro grupo de Liga de Naciones. A partir de ahora, a concentrarnos en la clasificación para la Euro 2024.
