Las conversaciones entre entrenador y jugador casi siempre se han mantenido en el ámbito privado, como creo que debería ser. Tanto para hablar de temas personales, como para comentar aspectos futbolísticos o de encaje en la plantilla, estas reuniones siempre han existido.
Sin embargo, con los últimos documentales en los que las grandes producciones ponen cámaras en todos los rincones de un club de fútbol, están haciéndose públicas algunas de las conversaciones. Las últimas, y seguramente las más sonadas, fueron las que protagonizó José Mourinho con Delle Ali y Danny Rose, en el documental de Amazon Prime “All or Nothing: Tottenham Hotspur”.
La disyuntiva que se presenta cuando un jugador va a ver al entrenador
En una reciente entrevista con Stadium Astra, di mi punto de vista sobre qué complicada situación provoca que un jugador vaya a hablar con el entrenador para saber por qué no juega o pidiéndole más minutos.
Un fin de semana decides que un jugador no juegue y el lunes siguiente viene a verte a tu despacho para preguntarte los motivos de tu decisión. El entrenador le da las explicaciones correspondientes, siempre de forma sincera.
La semana que viene quizás el jugador juega y, creedme, el jugador piensa que es porque fue a ver al entrenador el lunes. Y si no juega, ¡también es porque cree que fue a hablar con el míster! Es una situación lose-lose con el jugador.
Antes de que un jugador vaya a ver al entrenador le diría que piense bien en los resultados del equipo, en cómo están jugando y entrenando los otros jugadores de su posición, en su futuro, en la cantidad de partidos que hay a lo largo del año… si después de meditarlo todo sigue sin estar convencido, que vaya a ver al entrenador. Pero una cosa hay que dejar clara: pase lo que pase después, no es consecuencia de que nos hayamos reunido.
Es una situación complicada para el mánager y no es fácil lidiar con ella cada semana.